Los siete trucos para evitar robos

Los siete trucos para evitar robos en tu vivienda este verano

Ofrecemos las siguientes sugerencias para mantener la tranquilidad durante las vacaciones



Los siete trucos para evitar robos en tu vivienda este verano




La Policía Nacional publica una lista de consejos para esquivar los robos en los domicilios particulares en periodo vacacional, estén o no en casa los inquilinos.
A continuación ofrecemos siete sugerencias que pueden ayudar a mantener la tranquilidad mientras disfruta de las vacaciones.

1. Puertas, ventanas, persianas… y timbre.

Puertas y ventanas cerradas. ¿Y las persianas? No del todo, pues si permanecen bajadas por completo durante un periodo prolongado de tiempo facilitan a los ladrones la elección de una vivienda vacía. ¿Y el timbre? Es conveniente no desconectarlo, que emita una señal sonora en todo momento. De no haberla, y pulsar un timbre silencioso, hueco, una vivienda vacía adquiere además el matiz, real o no, de una vivienda deshabitada.

2. Del cerrojo a las alarmas.

Los avances tecnológicos están sustituyendo a las formas tradicionales de seguridad. Véase el cerrojo, que cede paso a las alarmas. Asegúrese antes de abandonar la vivienda que la alarma funciona correctamente. El pago de la cuota a la empresa de seguridad que facilita el dispositivo de aviso prevé que la alarma sonará sí o sí cuando un desconocido logre entrar sin permiso en el domicilio, pero la tecnología no es eficaz al cien por cien. La supervisión humana es esencial, y aún más en este aspecto. Si su opción es mantener la seguridad clásica, y el cerrojo es su apuesta, compruebe que el mecanismo de apertura y cierre está en condiciones óptimas.

3. Qué tengo y dónde lo guardo.

Elabora una lista, un catálogo de las pertenencias y el lugar en el que permanecen establecidas, guardadas. La memoria -sí, reconozcámoslo- falla, tarde o temprano, con independencia de la edad. Si quiere ir un paso más, y tiene alma de bibliotecario o documentalista, añada a cada producto registrado en la lista el número de serie para facilitar, en caso de robo -nadie lo quiera-, su posterior identificación.

4. Avise (o no) a los vecinos.

Reconociendo que hay vecinos buenos y malos, y si su caso es diferente y admite que no tiene vecinos malos, conviene no fiarse del todo de aquellos que considere buenos. Podrían serlo, por aspecto o por trato, o lo han sido en todo momento conociendo su presencia, pero las circunstancias pueden cambiar si advierten su marcha, sean unas horas, unos días o hasta un mes. Las relaciones y la simpatía obligan a una revisión periódica, como los automóviles. Avisa a los vecinos y familiares cercanos; mejor muy cercanos.

5. La llave y el buzón.

En la línea anterior, facilite una llave a una persona de confianza que se comprometa a visitar periódicamente la vivienda, que revise si todo está como lo dejaste al marchar de casa. Esa persona, si se lo requiere, puede a su vez retirar la correspondencia almacenada en el buzón, en especial las relacionadas con las facturas del consumo del hogar o los movimientos de las cuentas bancarias.

6. El postureo da likes ¿y seguridad?

El fondo del mar, la montaña o el prado que hace de paisaje para nuestras caras sonrientes fotografiadas, si se comparte en redes sociales, facilita el trabajo a los ladrones, al alertar de que nuestra casa está sola y sin vigilancia, una bicoca para cualquier atracador. Sus seguidores de las redes aplaudirán el destino, la felicidad fuera del trabajo, pero ¿y los ladrones?

7. Si permanece en casa, manténgase en alerta.

Las vacaciones sirven para el descanso físico y mental. La seguridad del domicilio, sin embargo, no admite distracciones. La vivienda permanece quieta, pero sus entradas y salidas no descansan. Una vez fuera, durante el ocio, la compra, la práctica de deporte… asegure que sus padres, sus hijos, sus abuelos, sus compañeros mantengan también la guardia. Si vive solo, el remordimiento será solo suyo pero, no lo olvidemos, aquí el único culpable es el caco.