Manual que alerta sobre los trucos de los cacos:

Los métodos y marcas más usados por los ladrones para robar en casas

La Policía Nacional edita un manual que alerta sobre los trucos de los cacos: imanes para bloquear la puerta y cacao de labios en la mirilla






La técnica del resbalón.

Llega el verano y la Policía lo tiene claro: "Tú te vas, pero los ladrones se quedan. Cuando para ti comienza la temporada alta de vacaciones, los cacos inauguran su temporada alta de trabajo", explica un agente. En España se producen 112.925 robos con fuerza al año, según datos del Ministerio del Interior. Solo en Catalunya, los Mossos d'Esquadra contabilizan unos 2.000 asaltos a viviendas al mes, es decir, 67 familias sufren cada día robos en su casa. Los cuerpos y fuerzas de seguridad tratan de combatir estas cifras especialmente en los meses estivales. Con ese objetivo, la Policía Nacional ha elaborado un manual sencillo detallando los métodos que emplean este tipo de delincuentes para entrar en las casas y cómo prevenirlos.

Un papel en la puerta

Las bandas especializadas en asaltar viviendas suelen estudiar la zona antes de actuar para seleccionar a sus víctimas, lo que la policía llama en su manual, los "actos preparatorios". Durante las vigilancias previas, los cacos suelen "marcar" las casas para preparar el robo.  A veces, colocan trozos de papel o plástico "entre el marco y la puerta" de las viviendas que van a robar, o bien hilos de lana o gomaespuma "directamente en el bombín". Esas marcas, según el manual, "actúan como testigos para saber si la puerta se abre o cierra y saber así que la vivienda está ocupada". Si el ojeador vuelve pasados unos días y el testigo que dejó sigue allí, sabrá que sus moradores no han pasado por casa y la banda tiene vía libre.
El manual policial recoge otra táctica para marcar casas que van a ser robadas. Si la puerta del portal o de la casa es de hierro, "se coloca un pequeño imán en la parte superior del marco de la puerta". Eso impide que la puerta se bloquee cuando llegue el momento de entrar a robar.
Algunos grupos de ladrones, más precavidos, utilizan también la técnica de "la mirilla manchada o extraida". Manchan con vaselina o cacao de labios las mirillas de las viviendas de los vecinos que van a robar y evitan "ser observados y posteriormente reconocidos por testigos de viviendas colindantes".

Con fuerza o sin fuerza

Una vez que los ladrones han conseguido sortear este primer paso, deben entrar en la casa para robar, lo que el manual policial llama "técnicas de apertura". Los más sofisticados utilizan técnicas que no dejan "signos externos de fuerza". Uno de los más populares, según el dossier policial, es el "bumping". Consiste en introducir una llave en la cerradura y, una vez dentro, "golpearla ligeramente para hacer saltar los pitones", esto libera el giro de la llave y permite abrir la cerradura.
Más clásico y artesanal es el procedimiento del "resbalón". Basta con introducir entre el marco de la puerta "una lámina fina semirrígida", generalmente de plástico, que puede ser una tarjeta de crédito o una radiografía. Este método solo sirve para robar si el propietario de la vivienda no ha cerrado con llave.
Entre los cinco métodos para robar en casas sin dejar signos de fuerza, el manual de la policía recoge también el de el "ganzuado". Aquí los ladrones "manipulan manualmente los sistemas internos de bloqueo del bombín con un alambre fuerte doblado en la punta (ganzúa)" que actúa igual que lo haría la llave.
Si la cerradura de la casa es de tipo borja o gorja, los ladrones pueden usar la "magic key", un artilugio similar a una ganzúa que es fácil de adquirir por internet (algunas páginas de origen chino lo venden por 300 euros), formado por varias puntas que, simulando la marca y modelo de cada cerradura, consigue abrirlas.
La Policía también recoge en su informe el "impressioning": basta con meter una llave virgen en el bombillo de la cerradura y efectuar varios giros para que se marquen o "impriman" en ella los pines del cierre. Después, los ladrones deben limarla hasta conseguir una reproducción exacta de los picos y valles del bombillo.

Tres tipos de ladrones

El manual de la policía nacional distingue tres tipos de ladrón de pisos. En el nivel más básico incluye al "ladrón ocasional", que "intenta entrar" a la vivienda utilizando "herramientas pequeñas y la violencia física, como patadas, embestidas con el hombro, elevación o arrancamiento". Normalmente, este tipo de ladrón "desconoce el posible botín" que encontrará en el interior y "el riesgo que está dispuesto a asumir es bajo". Suele utilizar "destornilladores, alicates, cuñas y pequeñas sierras manuales".
En un nivel intermedio, los agentes ubican al "ladrón con práctica", que suele usar "martillos pesados, hachas, cinceles, taladros motorizados que funcionan con batería". Según los expertos policiales, "no se preocupa mucho por el ruido que pueda hacer y está dispuesto a asumir un nivel de riesgo mayor".
Finalmente, está el  "ladrón experimentado", que "usa herramientas eléctricas como taladros, sierras de espadín y una amoladora de angular con un disco de 125 milíimetros como máximo". Ese tipo de delincuentes, según el informe policial, "esperan un botín razonable, actúan de forma resolutiva en su esfuerzo por entrar y están bien organizados". Asumen un riesgo alto.
La Policía recomienda además reforzar las viviendas con elementos de seguridad adicionales que "añadan dificultad y/o tiempo a los ladrones ante una apertura de puertas no deseada". Los agentes recuerdan que, en ocasiones, mantener a salvo el hogar depende únicamente de "dar al menos un giro de vuelta a la llave" o "elegir el bombín adecuado" para la puerta. También recomiendan proteger la finca con un portero o conserje, de los que dicen que aunque "su efectividad dependerá de su horario, perfil profesional o dedicación", tienen un "gran valor disuasorio".